Un joven pegado a un balón es un niño feliz, y todos los futboleros hemos comenzado a amar este deporte desde la calle, en el patio del recreo, en la plaza del pueblo... Creamos un propio lenguaje y unas leyes no escritas por las que se rige el fútbol callejero. Todos aceptamos y adoptamos esas normas que nos acompañan desde nuestros primeros años de vida. Aquí repasamos algunas de las reglas más importantes del fútbol callejero y sus peculiaridades:
La 'Ley de la Botella', quien la tira va a por ella
Posiblemente este sea el primer artículo de la Constitución del fútbol callejero. Quien mande la pelota fuera de los límites del terreno de juego, debe ir a buscar el balón ya sea en un tejado, un río o la huerta del vecino.

A veces las porterías eran dos piedras o dos chaquetas.
Si en alguna ocasión no teníamos las clásicas porterías, podíamos utilizar unas piedras, chaquetas o incluso unas farolas. Nada se interpuso en nuestro camino. Cabe resaltar que la mayoría de las veces alguna portería era más pequeña que otra.

Los dos mejores juegan en equipos diferentes.
Los Oliver Atom y Mark Lenders de turno no pueden formar una dupla. Jugaban en diferentes equipos y eran los encargados de conformar sus plantillas. Este era un momento crucial, ya que ser elegido como uno de los últimos era prácticamente un escarnio público. Normalmente el jugador menos técnico de cada equipo suele ser el portero.
No hay árbitro
Claramente los partidos se disputaban sin la figura del árbitro. Quien más alto gritase o sacase de banda, se llevaba la palma. El fútbol siempre ha sido para listos y el callejero aún más.

Aunque el partido vaya 12-1, el que meta gana
A pesar de que el partido fuese una reedición del España-Malta, en algún momento alguien siempre soltaba la frase, "quien marque gana", y el último en conseguirlo celebraba el gol como si de una final del mundial se tratara. Fútbol en estado puro.
Si el dueño del balón se enfada, se va y se acaba el partido
Esta es una máxima del fútbol callejero. El propietario del balón no podía enfadarse, porque corríamos el gran riesgo de quedarnos sin pelota y sin pachanga. Día triste.

Si había dudas con un gol, se decidió con el "gol o penalti"
Al no disponer de la figura del árbitro, el fútbol callejero se regía por otras normas. Cuando una jugada de gol era dudosa, se solía decidir con el clásico "gol o penalti".
No existe el fuera de juego
Por supuesto, en el fútbol de calle el fuera de juego era algo completamente inexistente. Te podías quedar cerca del portero rival sin defensas, recibir un pase en largo y marcar gol sin ningún tipo de problema.
Sólo hay falta si es muy clara
A no ser que un jugador se retuerza de dolor llegando incluso al llanto, la jugada no se suele determinar como falta. Nos gusta el fútbol con prisa y sin pausa. Sigan, sigan...
En función de tu localización, posiblemente exista alguna pequeña variación en alguna de estas leyes no escritas. Aquí hemos repasado algunas de las que guardamos con especial cariño en la memoria y nos han acompañado durante nuestra infancia.