El estadio Krestovski de San Petersburgo dará cita a ingleses y belgas, quienes darían todo por estar en la capital de Rusia. Porque el lugar en el cual se decide el Mundial es Moscú. Ambos países confiaban en las posibilidades de sus selecciones, que no cesaron en su intento de remontar hasta el pitido final. Nadie puede negarles el compromiso y el honor mostrado sobre el césped. Quizás ese sea el sabor del bronce.
Este encuentro es la primera oportunidad de levantarse ante la caída. No solo eso, para Bélgica una victoria supone hacer historia. Si los Diablos Rojos vencen, firmarán la mejor actuación belga en la historia de los mundiales. Superarían a la selección de Pfaff, Claesen o Ceulemans que consiguió el cuarto puesto en México ‘86. El conjunto de Roberto Martínez puede pasar a la historia más allá de la victoria. Dejar huella es algo que no se le ha dado mal al técnico de Balaguer, en Swansea y en Wigan pueden confirmarlo.
El bronce debe tener ese sabor amargo que conlleva no ser el mejor. Pero también te recuerda que estás cerca del oro. A tan solo dos pasos. Eso es lo que necesitaba Inglaterra, sentirse entre los mejores. Tras sufrir hostias de todo tipo, tantas que hasta el dolor se tornó cómico, The Three Lions han cumplido con las expectativas en una gran cita. Algunos jugadores incluso las han superado con creces. Es el caso de Harry Maguire. El defensa del Leicester City no esperaría hace dos años ser protagonista principal de su selección. En 2016, el ahora central del Leicester City vivió la derrota de su selección desde las gradas. Dos años después, la euforia con su figura es tal que hasta un seguidor se ha tatuado su cara.
Otro factor que hace atractiva esta lucha por el bronce es la ausencia de miedo. El temor a la derrota, que un error te deje sin el título. Eso ya ha sucedido. Despojados de esa carga, los veintidós protagonistas solo tendrán en mente la victoria, sin el fantasma de la derrota sobrevolando sus pensamientos. Una victoria inglesa reforzará todavía con más fuerza el acierto de la Football Association dando confianza al proyecto de Gareth Southgate. Por el contrario, un triunfo belga confirmará a esta generación de futbolistas como la mejor de la historia. Puede parecer que no haya nada en juego, pero pienso que sí. La diferencia entre volver a casa con una medalla o hacerlo con las manos vacías es abismal.
Escrito por Mario Tena
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