1998 fue un año especial para Francia y Croacia. Los primeros, consiguieron levantar la Copa del Mundo celebrada en su país. Este título es, hasta el momento, el único que han ganado los franceses. Los croatas recuerdan 1998 con gran cariño porque, en aquel año, consiguieron su mejor clasificación en un Mundial. Hasta ahora. Hoy, 15 de julio de 2018 se cruzan los caminos de Francia y Croacia, algo que ya ocurrió en las semifinales del 98. En aquella ocasión, fueron los galos quienes consiguieron la victoria, sin embargo, esto es una final de un Mundial y la Croacia de Rakitic y Modric no pondrá las cosas nada fáciles.
El camino de la selección entrenada por Didier Deschamps, encargado de levantar la copa en 1998, ha sido relativamente sencillo hasta llegar a la final. Argentina, Uruguay y Bélgica han caído en el imponente camino de los galos hasta Moscú. Claves fueron los goles de Varane contra Uruguay y Umtiti frente a Bélgica. Dos goles anotados por defensas que nos hacen trasladarnos de nuevo a 1998, cuando Thuram anotó los dos goles que derrotaron a Croacia en aquellas semifinales de hace 20 años.
El recorrido de Croacia hasta la final que se juega hoy en Moscú ha sido muy diferente. En la fase de grupos mostró un buen juego, incluso llegó a superar a Argentina por 3-0 en un magnífico partido de los de Dalic. Sin embargo, en las eliminatorias, Croacia comenzó a sufrir. Ha jugado tres prórrogas y, en dos de ellas, ha necesitado ir a los penaltis para vencer a sus rivales. Sin embargo, las fuerzas de los jugadores croatas no parecen mermadas, siempre están al 200% y lo dan todo por conseguir la que sería la primera estrella para su país.
La selección dirigida por Zlatko Dalic quiere vengar al equipo de Suker, Prosinecki, Boban y compañía que cedió en las semifinales del 98. Para ello, están apelando sobremanera al corazón. Esto es lo que les ha hecho resistir durante los últimos envites, y lo que les ha hecho vencer y superar todas las adversidades presentes en los tres partidos anteriores. En la fase eliminatoria, Croacia siempre ha empezado perdiendo, pero ha sabido reaccionar para darle la vuelta al marcador y conseguir pasar a la siguiente fase.
En parte, esto se debe al espíritu luchador de Croacia y de sus habitantes. Muchos de los jugadores de la actual selección croata tuvieron que sobrevivir como pudieron a la guerra. Esto les ha convertido en luchadores desde muy niños, algo que se muestra en el terreno de juego. Algo similar ocurre en Francia, la mayoría de los seleccionados son originarios de familias inmigrantes y de un nivel muy humilde. Por ello, han tenido que sobreponerse a las muchísimas dificultades que se han encontrado a lo largo de sus vidas. Otro paralelismo importante entre ambas selecciones.
Francia y Croacia disputan hoy el partido más bonito que se puede jugar en el mundo del fútbol. Una final de Mundial es siempre especial, más si no estás acostumbrado a jugarlas a menudo. Para franceses y croatas será una reedición de la semifinal de 1998 que enfrentó a ambos países. Los galos sueñan con emular a sus héroes, los que ganaron el único Mundial en la historia de Francia. Uno de esos héroes dirige a un grupo de jóvenes que buscan ese sueño. De hecho, el más joven de todos, Mbappé, no había nacido cuando su actual técnico levantó al cielo de París la Copa del Mundo.
Para Croacia también es especial. Es la primera final de Mundial que juegan en su breve historia. Siempre han sido un país muy luchador y que ha tirado de corazón para superar las mayores afrentas. En la cabeza de los 22 jugadores estará el objetivo de coser para siempre una estrella encima de su escudo arlequinado. Si lo consiguen, vengarán la caída de sus héroes del 98, los que perdieron en semifinales frente a Francia. Ambas selecciones quieren la copa, y ambas afrontarán el partido de esta tarde con el 98 en la cabeza.
Escrito por Javier Siñeriz
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