La década de 1970 fue difícil para el Chelsea, un tiempo en el que el equipo sacrificó el presente para luchar por su futuro.
Además, el equipo tuvo que hacer frente al fenómeno “hooligan” que asolaba todo el fútbol inglés. Ray Wilkins, como joven capitán, lideró al equipo en medio de desafíos
económicos, y la afición continuó apoyan- do incondicionalmente, demostrando que ser "blue" es un sentimiento que va más allá de los resultados.
